julio 16, 2013

Let it rain, let it be


Aún las calles están oscuras. La gente empieza a salir a trabajar en espera de que el transporte llegue. Resuenan fuerte las gotas y el viento aumenta su velocidad. Las luces de la calle se reflejan en el suelo y todos deseamos que acabe ya.

La mayoría con paraguas otros pocos solo con rompe vientos pero unos menos desfavorecidos, tal vez despistados, buscan protegerse de la lluvia, pues sólo cuentan con su ropa para no mojarse tanto. Y el transporte no llega, se retrasa y el ambiente se siente especialmente pesado.

Deja caer la lluvia, ya pasará. Si el transporte es la salvación, tal vez, no tomes por hecho que llegara para salvarte de empaparte. Cualquier cosa pudo haberle pasado: choque, motor descompuesto, incluso que su chofer no se haya levantado. Ya pasará.

Puede ser un día largo, puede que los relámpagos truenen hasta hacer temblar la tierra, que el sol no pueda regalarnos su calor y su luz por esta ocasión, pero ya pasará. Lo que menos debes de hacer es quedarte parado, esperan, viendo, como muchos otros, que observan como el torrente de agua de la calle va creciendo, que la lluvia sigue cayendo sin dar tregua y que los charcos en la orilla de la calle, llenos de lodo y tierra, amenazan con salpicar los que esperamos.

Esperar o no esperar, ¿es acaso un el dilema?. El riesgo de moverte y empaparte, o de quedarte pasivo, paciente, mirando como otros avanzan y aprovechan lo que podría tocarme.

Ningún problema se soluciona esperando. Ningún proyecto se realiza quieto. El transporte representa el vehículo hacia el éxito que no depende de tí y no sabes si va a venir. ¡Que son unas cuantas gotas! ¡Adelante! No te arrepentirás....

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