El segundo, debe soportar bastante menos nuestros temores e inseguridades, que no corramos al medico por una simple fiebre, que antes del mes ya duerma en su habitación y adaptatrse rápido a la guardería.
El segundo, aprende a la fuerza el significado de "compartir", a andar muchas veces con ropa heredada, que casi nunca sale solo en la foto y aguantar estoicamente las caricias violentas y besos pegajosos de su hermano.
Pero lo más importante es que el segundon corrobora lo que ya sabíamos: es posible enamorarse de otro hijo con la misma intensidad y pasión.
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